4 de abril 2022 — 30 de junio 2022
Gothsland presenta hasta el 30 de junio una exposición monográfica dedicada al gran ilustrador Ricard Opisso i Sala. La muestra se compone de más de 30 obras de este artista único, que inició sus pasos junto a Antoni Gaudí y se hizo popular ilustrando las páginas del TBO.
La figura de Ricard Opisso (Tarragona, 1880 – Barcelona, 1966) fue de una importancia capital. Opisso formó parte del denominado “núcleo duro” de la colla jove de Els Quatre Gats, junto a Picasso, Casagemas, Vidal Ventosa y los hermanos Àngel “El patas” y Mateu Fernández de Soto. Sus experiencias vitales con aquel grupo de jóvenes artistas fueron trascendentales para el devenir de sus colegas.
La ambición y desparpajo de Opisso lo llevaron a participar en prácticamente todos los ambientes artísticos barceloneses, erigiéndose en el único artista que simultáneamente frecuentó los respectivos cenáculos artísticos que existieron en la capital catalana. Fue discípulo de Antoni Gaudí en el obrador de la Sagrada Familia, también fue socio del Cercle Artístic de Sant Lluc y del Reial Cercle Artístic. Además, asistió frecuentemente al estudio del uruguayo Joaquín Torres García y Pau Roig, así como al taller de escultura de los hermanos Juan y Julio González y también al de los hermanos Llongueras y Francesc Galí. Su visión subjetiva y sus experiencias lo convierten en una personalidad única en el conjunto de la modernidad barcelonesa.
A través de sus memorias —manuscritas durante los años cincuenta del siglo XX y transcritas prácticamente completas en el libro “Barcelona y Els Quatre Gats. Un giro hacia la modernidad”, editado por Gothsland en 2019 — se ha puesto de manifiesto la importancia de este artista, al convivir y frecuentar los talleres de los principales artistas que residieron en la capital catalana a principios del siglo XX.
Opisso explicó en sus memorias los inicios de su adolescencia, trabajando para Antoni Gaudí. Sus anhelos de juventud le llevaron a desquitarse de la vida devota de su maestro, para adentrarse en los espectáculos nocturnos. Por una serie de circunstancias que él mismo cuenta, llegó a ser con toda probabilidad el único artista que concurrió a todos los foros artísticos barceloneses y se codeó con los que allí se congregaban, desde el fervoroso Cercle Artístic de Sant Lluc a la bohemia desenfrenada de Els Quatre Gats. Fue amigo, compinche y socio de todos ellos. Así es como él mismo lo describió en sus memorias:
“A mis catorce años, mi familia, asustada de mis locuras, suplicó a Gaudí que me retuviera hasta las nueve de la noche, hora en que Gaudí salía junto con los demás empleados del equipo técnico. Esta orden severa aceleró más mis deseos de chulería, pues en cuanto dejaba a Gaudí al pie de su casa de la calle Diputació, y a dos pasos de la de mis padres, salía a galope tendido hacia Eldorado (…)”
Opisso fue el principal precursor de las revistas de historietas ilustradas. Gracias a la iniciativa de Joaquim Buïgas i Garriga se sumó al grupo de autores que haría del TBO en el gran referente nacional, hasta el extremo en el que la Real Academia Española incluyó la acepción “tebeo” en 1968.
De hecho, el TBO pasó de vender unos nada despreciables 9.000 ejemplares en 1917 a más de 220.000 antes de la Guerra Civil Española, que la convirtió en la revista ilustrada más vendida en España durante este periodo.
Opisso es y será recordado por ser el responsable del logotipo de la revista y realizar las historietas que aparecieron publicadas en su portada. Sin embargo, no sólo fuer el gran abanderado del TBO. Opisso colaboró con la mayoría de revistas artísticas y satíricas del momento. Una selección de algunas de estas cabeceras que están relacionadas con la exposición son Cu-Cut!, Papitu, Iris, L’Esquella de la Torratxa, Hojas Selectas, Hispania, Joventut, KDT, Luz, Pèl & Ploma, Quatre Gats e incluso la parisina Le Rire.
En declaraciones de Gabriel Pinós, director de la galería, “Opisso no sólo fue un gran ilustrador y el único artista que convivió con los diferentes grupos artísticos que existieron en Barcelona. También su figura es clave entre las dos generaciones de artistas que se relacionaron en Els Quatre Gats durante los escasos 6 años de vida de mítico local modernista. Su impronta también reside en el otro epicentro del Modernismo: El Cau Ferrat. Unos años más tarde, de trasladar el primer Cau Ferrat de Barcelona de la calle Muntaner, 38 (actual Nº 24) a Sitges, aquel local fue ocupado por la imprenta del TBO”.