1 de septiembre 2021 — 9 de octubre 2022
La función principal de las imágenes es comunicar mensajes con distintos objetivos: atraer, informar, convencer y, con la creatividad de la publicidad, también entretener. El período del cambio de siglo, a finales del siglo XIX y principios del XX nos referimos, surgió una de las técnicas más fructíferas a nivel comercial y artístico: el cartel moderno.
La aparición de la fotografía fue sin duda uno de los detonados de la proliferación de la imagen ilustrada. La posibilidad de multiplicar estas imágenes ilimitadas veces provocó una fuerte crisis en la forma de ver.
Un cambio que derivaría en nuevas formas, catapultadas por la Revolución Industrial, que había transformado las necesidades y posibilidades de los artistas. Con la aparición de nuevos formatos derivados de la reproducción. Los artistas encontrarían una nueva forma de escapar de los límites del marco tradicional del lienzo, a partir de una mirada fresca, moderna, que daría paso al cartelismo ya todas las técnicas que le acompañan: litografía, fototipia, cromolitografía, etc.
Como consecuencia de la reproducción, el arte, como se entendía, empezó a perder importancia entre la clase alta y va a convertirse en gran parte en un arte para las masas. De ahí surgirían todo tipo de trabajos publicitarios, ya fuera para representaciones teatrales, espectáculos y exposiciones, como para las innovaciones tecnológicas que fueron surgiendo a lo largo de este cambio de siglo, a los característicos inventos de época como el velocípedos y voiturettes o todo tipo de productos de alimentación.
La imagen ilustrada ganó un poder que ha perdurado hasta nuestros días, tal y como se ve en la publicidad audiovisual, las plataformas en streaming y las redes sociales destinadas a la publicación de contenido multimedia como TikTok o los Reels de Instagram.
La exposición El poder de la imagen ilustrada muestra una treintena de obras catalanas y francesas de finales del siglo XIX al XX, con obras de artistas como Alexandre de Riquer, Ramon Casas, Gaietà Cornet, Adrià Gual, Joan Llimona, Ricard Canals, Joan Llaverías y Alphonse Mucha, Adolphe Willete, Jean Matet, Louis Oury y Raoul Vion.
Gabriel Pinós, comisario de la exposición y director de Gothsland, destaca “La influencia de Ramon Casas llegó mucho más lejos de lo que a priori creíamos. Gracias al historiador Emiliano Cano nos hemos dado cuenta de que la estética del cartel de los cigarrillos JOB parece haber influenciado una de las obras maestras del séptimo arte: Blade Runner. En la película de Ridley Scott de 1982, vemos a Rachel, la replicante interpretada magistralmente por Sean Young. El look de la actriz, el tratamiento del cabello y la escena íntima y sofisticada del interrogatorio, llena de humo, parecen ver directamente del magnífico cartel de los cigarrillos Job de Casas, realizado en 1906”.