6 de noviembre 2019 — 28 de febrero 2020
Sin duda alguna el origen de Els Quatre Gats en Barcelona tuvo la influencia directa de Le Chat Noir de París. En la capital francesa y la Ciudad Condal, se sucedieron una serie de hechos históricos y geopolíticos que proporcionaron el surgimiento de una generación de artistas e intelectuales que marcaron el nuevo rumbo de la vanguardia cultural. Los artistas de aquella generación quisieron diferenciarse de los academicismos y las decisiones políticas que conllevaron a un desastre social, cívico y nacional. Ellos marcaron el punto de partida de la renovación cultural en las dos ciudades.
La exposición cuenta con más de un centenar de obras, entre las cuales encontramos pinturas, carteles, esculturas, dibujos y piezas de mobiliario. Algunas inéditas, como el último retrato en vida del arquitecto más destacado del modernismo, Antoni Gaudí, titulado Gaudí agonitzant; también un dibujo inédito en lápiz sobre papel de alrededor de 1899 donde observamos a su amigo y artista, el polémico Carles Casagemas. Otra obra inédita es el retrato de Vicenç Bosch i Grau, propietario de la fábrica de Anís del Mono, pintado por Ramon Casas alrededor de 1897. Además, también se ha expuesto el dibujo original del primer cartel de Els Quatre Gats, también hecho por Casas, donde en un carboncillo sobre papel aparece retratado su mítico propietario Pere Romeu, y que más tarde aparecería publicado en uno de los números de la revista Pèl & Ploma de 1900. También hay que destacar el óleo sobre lienzo titulado Clarasó al seu taller, realizado por Santiago Rusiñol: una vista interior del primer Cau Ferrat, situado en la Calle de Muntaner de Barcelona antes de su traslado a Sitges, otro epicentro del modernismo y que en 2020 conmemora su 125 aniversario.